Es fácil elaborar un buen producto. Pero, ¿y si se trata de producir miles o millones de unidades? En tal caso, satisfacer los criterios de calidad se hace más complejo. Aquí es cuando nos ponemos manos a la obra: de principio a fin, con el objetivo de cumplir tus expectativas. Y para conseguirlo, seguimos siempre estas cuatro fases. A continuación puedes leer cuáles son.
Te enviaremos muestras de prueba de tu producto, Juntos comprobaremos la forma, las dimensiones, las especificaciones y el aspecto de tu producto para estar seguros de que el resultado final es el esperado. ¿Se puede mejorar? Entonces lo perfeccionamos. ¿Estás satisfecho? Si es así, pasamos a la siguiente fase.
Una vez realizadas las inyecciones de prueba, comprobamos cuidadosamente el proceso de producción y determinamos los parámetros del proceso. Así nos aseguramos de que todas las instalaciones y ajustes funcionan a la perfección. Lo hacemos basándonos en el enfoque Lean Six Sigma, una metodología acreditada a nivel mundial que permite conseguir mejoras sostenibles y demostrables en los procesos y en las organizaciones. ¿Todo en orden? En ese caso, pasamos a la siguiente fase 3 de verificación de la calidad.
Antes de iniciar la producción en serie, llevamos a cabo una detallada evaluación. Normalmente lo hacemos utilizando un PPAP (Proceso de Aprobación de Piezas de Producción). Esto supone para ti la confirmación de que el producto y el proceso de producción cumplen todas las especificaciones y normas de calidad. Listos para la producción en serie.
Tras una cuidadosa preparación, tu producto está listo para su fabricación en serie. Para ello contamos con los conocimientos humanos, el rendimiento de las máquinas y la precisión de los robots. Basta con esperar unos instantes y tendrás el producto final en tus manos. Un producto que cumple sobradamente tus expectativas.